La función del desayuno,
es la de proporcionar la energía que hemos perdido durante la noche y que necesitamos para empezar a funcionar en
las primeras horas del día, de esta manera conseguiremos un mayor rendimiento
físico e intelectual.
El desayuno nos debe
aportar aproximadamente el 25% de las calorías que necesitamos en nuestra dieta
diaria.
Si no tomamos alimentos
a primeras horas de la mañana, el organismo recurre a las reservas que hay en
el hígado pero si no disponemos de ellas, habrá un menor rendimiento de la
actividad cerebral y se reflejará con una mayor distracción, problemas con la
memoria y mareos, entre otros problemas,
lo cual repercutirá en el aprendizaje.
En un desayuno deben combinarse los siguientes alimentos:
El pan (Cereales) es un alimento muy cardiosaludable
componente de la dieta mediterránea, nos proporciona energía por su contenido en hidratos de carbono.La mayor
parte del pan que consumimos es el pan blanco que está hecho con harina de
trigo refinada. Al refinar el grano, se le quita una envuelta muy fina que lo
recubre y que es la que contiene la mayor parte de las vitaminas y minerales.El pan
integral está hecho con harina de trigo que conserva su envuelta que nos aporta
vitaminas del complejo B (B1,
B5, B6) y gran variedad de minerales (Calcio, Magnesio, Sodio,
Potasio y Fósforo entre otros); posee fibra elemento importante para
favorecer el tránsito intestinal.
El azúcar y la miel que son una fuente
de energía y nos endulzan; a la miel se le atribuyen
propiedades protectoras del sistema de defensa.
La leche y
los derivados lácteos (queso, yogures,…) una fuente de calcio, que nos permite mantener la masa ósea y prevenir la
aparición de osteoporosis.
La fruta
es imprescindible en el desayuno, podemos tomarla de múltiples formas: en
zumo, entera, en macedonia, batido o
mezclarse con yogur por ejemplo; la
fruta constituye la principal fuente de vitaminas.
El aceite de oliva importantísimo en nuestra dieta
mediterránea. Los aceites de uso habitual en casa
incluyen en su fabricación procesos químicos (corregir la acidez) y físicos
para refinarlos; de alguna manera le hace perder calidad nutritiva, y por eso
el mejor aceite de todos es el de oliva virgen que se obtiene del primer
prensado en frío de las aceitunas, de manera que el aceite no se altera y es el
mejor aceite para consumir crudo, y favorece el aumento de colesterol-HDL o bueno
y reduce el colesterol-LDL o malo.
Debemos combinar todo esto y conseguir unos desayunos sanos. Y por
supuesto tranquilidad para desayunar; es conveniente utilizar una margen de tiempo de
aproximadamente 15 minutos.
Recordar que los hábitos saludables son fundamentales para nuestra
vida.
María Antonia
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