Hace unos días en un periódico local dieron la
noticia de que COGERSA (Consocio de Gestión de Residuos) regalaba
“Tuppers” de plástico reciclado a bares, restaurantes y hoteles para que
los pusieran a disposición de los clientes, para que los clientes pudieran llevar los
restos de la comida, que han pagado, para casa.
Hay pudor en gran parte de la gente de la
geografía española, Asturias incluida, que nos impide hacer esta práctica
que en otras partes es habitual,
solo pensarlo nos da vergüenza de nosotros mismos, como si nos acusásemos de tacañería,
cuando lo cierto es que impediría que se despilfarrasen una gran cantidad de
alimentos que se tiran diariamente en estos establecimientos.
Otras medidas que se me ocurren que podrían contemplarse para evitar en lo posible
este despilfarro de comida serían los medios menús para niños y la oferta tanto
en menús como en platos a la carta con porciones de comida no exageradas y
menos aún pantagruélicas y a
precios más asequible; así no se quedaría una mayor parte en el plato y una
persona que fuese de más comer siempre tendría la opción de repetir.
Con todo el mayor despilfarro de alimentos se
produce en nuestras casas. ¡¿Se te ocurren medidas para evitarlo?!
En Europa se tira la mitad de la comida que se compra al año. En la Unión Europea esto supone 89 millones de toneladas al año.
En España 9 millones de toneladas al año. De ellas el 41% procede de hogares, el 40% de las industrias, el 14% de los restaurantes y el 5% de los supermercados.
En Asturias se tiran unas 19000 toneladas de comida al año
El día 5 de junio es el “Día internacional
del medioambiente” y este
despilfarro de alimentos es no solo una inmoralidad cuando tanta gente pasa hoy
día necesidad, además supone un
coste económico para familias y
estados, y supone también un
atentado directo contra el medio ambiente porque se generan grandes cantidades
de basura y los productos que resultan de su putrefacción contaminan
directamente suelos, aguas y aire. Por otra parte los envases de los alimentos
utilizados en exceso, muchos de ellos de plástico y otros materiales no
biodegradables suponen un grave problema adicional de hacinamiento y
contaminación, e incluso si los materiales de los envases son biodegradables
como el papel, su exceso conllevaría a un mayor coste económico, la tala de
muchos más árboles que los necesarios (lo que incide directamente en el efecto
invernadero) y una contaminación mayor que la necesaria pues las papeleras que
lo fabrican emiten al agua y a la atmósfera productos muy contaminantes e
incluso cancerígenos como la acroleína.
Por todo ello ¡Bienvenida la iniciativa de COGERSA!, y esperemos que todos nosotros contribuyamos en la medida que podamos
a aminorar este problema.
MARÍA VICENTA MAUDO SANTOS
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