jueves, 12 de julio de 2018

El lumpo

Este curso 2017 - 2018 ha sido muy especial porque hemos tenido la gran suerte de obtener un rarísimo ejemplar de pez lumpo. Gracias a la amabilidad de Juan, de "Pescados Juanín", nos han donado uno de estos peces que algún pesquero extrajo del mar un poco por accidente. Juan, que tuvo la sensibilidad de valorar la rareza y curiosidad de este extraño pez cuando lo vio en la lonja, lo adquirió y lo notificó a la prensa, lo que me permitió ponerme en contacto con él para hablar de lo raro que era dicho ejemplar y si podría donárnoslo, ya que amablemente ofrecía dicha posibilidad a quien lo solicitara. Aquí tenéis un link a la noticia:

enlace a la noticia "Un pez raro en Avilés"

Dicho y hecho, Juan nos donó el pez para su conservación en nuestro museo de Historias Naturales. El Lumpo (Cyclopterus lumpus) es uno de los peces más singulares que pueden encontrarse en el Cantábrico. Normalmente viven a gran profundidad, pero en la primavera los machos y las hembras suben a aguas superficiales para reproducirse. Las hembras son de bastante mayor tamaño que los machos, y poseen dos grandes bolsas de huevos, que son tan numerosos que se utilizan como sucedáneo del caviar (se vende como caviar de lumpo, si bien mucho más barato que el de esturión, a unos 4 euros los 100 gramos). La literatura científica indica que una hembra puede tener hasta 300.000 huevos en su interior. Como teníamos un ejemplar, no podía dejar pasar la oportunidad de hacer ciencia con él, así que nos pusimos manos a la obra.

Lo primero era conservar al pez, así que con cristal reciclado (gracias a Isidro, de construcciones Martínez) y para ahorrar costes, le preparé yo mismo una vitrina. Una vez lista, y adquiridos los productos químicos necesarios (gracias Cristina y Ricardo  por vuestra colaboración), se procedió a la disección del animal, que hice junto a un grupo de 3º de la ESO. En la disección pudimos extraer las dos bolsas de huevos, que fueron metidos en tarros de vidrio y congelados, así como sus vísceras, pensando en su futuro estudio histológico. El animal, una vez limpio, fue colocado en formol al 10% durante un mes.

Tras ese tiempo, el animal fue rellenado con espuma, colocado un peso e introducido en el conservante definitivo: alcohol isopropílico al 40%. Acto seguido, coloqué una estantería al lado del otro pez significativo que ya poseíamos, el pez luna, y con la ayuda del gran Agustín (la vitrina pesaba bastante) la colocamos y fijamos sobre dicha estantería a la pared. Podéis ver como quedó en la última foto.

El siguiente paso era hacer Ciencia con el animal. Así que los alumnos de 1º de la ESO y yo, los últimos días del curso, nos dedicamos . . . ¡a contar los huevos del lumpo! La idea era comprobar si era cierto que estos animales pueden tener hasta 300.000 huevos como decía la bibliografía (para una hembra de unos 60 cm). Nuestro ejemplar medía 53 cm, así que por lo menos debería de andar sobre los 200.000 huevos o así. El método seguido fue el siguiente: llenamos un vaso de laboratorio con huevos, contamos los huevos de ese vaso, y luego con el resto llenamos el vaso una y otra vez. Finalmente, multiplicamos el número obtenido en el recuento, con el número de vasos (7 justos) que llenamos, y este fue el resultado: 134.442 huevos (con un error de unos 2000 arriba o abajo). Por lo tanto, quizás 300.000 es un dato un poco exagerado, aunque bastante próximo a la realidad. Espero que os guste el trabajo que hicimos. Seguiremos trabajando para el museo y para que los alumnos no sólo aprendan ciencia sino también la hagan . . . Por supuesto, estáis todos invitados a ver el ejemplar, que está colocado a la entrada del Museo de Historias Naturales - Laboratorio de biología y geología.










2 comentarios:

  1. Ricardo, cada día me gustan más los artículos que nos publicas en el blog. Se puede decir que aprovechas del animal todo, no desperdicias nada, incluido en el todo lo educativo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, adivino que serás Guada . . . qué va, si tuviéramos más medios sí que le sacaríamos partido. Por ejemplo, aunque conservo las vísceras para su posible estudio histológico, necesitamos un microtomo que no tenemos. Estuve a punto de conseguir uno que no llegaba a 1000 euros porque lo estaban descatalogando, pero llegué tarde, y los disponibles son de más de 3000 euros. Mantendré las vísceras congeladas . . . pero me temo que las acabaré teniendo que tirar antes de que dispongamos de un microtomo. Pero bueno, seguiremos haciendo lo que podamos, que con un poco de ingenio y un mucho de trabajo se acaban obteniendo buenos resultados.

    ResponderEliminar