Es muy posible que te hayas fijado en que diariamente, y a la hora del recreo, se posan por el Instituto una cantidad de aves que empieza a llamar la atención. Lo que más abunda en el grupo son las palomas, pero también nos visitan unas cuantas gaviotas y otras aves más pequeñas, como los gorriones.
El motivo es fácil de deducir, vienen a almorzar y por ello se han adaptado a nuestro horario, sin necesidad de utilizar reloj, por cierto. Es agradable observar estos seres a nuestro alrededor, pero no debemos olvidar que pueden
llegar a ser molestos, sobre todo si vienen demasiados para el espacio que hay para compartir. Además, se corre el riesgo de recibir el impacto de un proyectil mal oliente.
En noviembre de 2007, varios alumnos de diversificación del Instituto hicieron un recuento que documentaron en un vídeo con su profesor Julio César García Ruiz. Ver vídeo contando palomas en el IES.
Para evitar que aumente el número de aves, es conveniente que no se les entregue demasiada comida. Está bien que las migas sean aprovechadas por estos seres, sin embargo no debemos desperdiciar nuestro almuerzo dejando caer más de la cuenta. En muchas ciudades el exceso de palomas causa enormes problemas de suciedad en edificios y calles. Es decir, demasiadas pueden ser consideradas como una plaga. En los basureros y estercoleros se tienden a reunir y si son espacios controlados se aplican medidas para reducir su número. En COGERSA, por ejemplo, tienen halcones que las cazan al vuelo.
El equilibrio natural necesita una variedad de seres proporcionada y en su hábitat adecuado.
Guada. 2010
Coordinadora de Luz Medioambiental
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