El espacio de Conserjería de nuestro Instituto -como de la mayoría- se caracteriza por el ruido de fotocopiadoras, el trasiego de personas, el sonido del teléfono, la acumulación de objetos. Sin embargo, este transmite una sensación agradable e incluso relajante. El espacio es luminoso, tiene vistas al jardín del Centro y esto ha inspirado al personal de Conserjería.
Siempre han apreciado a las plantas y a menudo han tenido alguna junto a ellos, pero este curso además las plantan, las trasplantan y las acogen. Cuando han visto alguna un poco decaída, se han encargado de cuidarla hasta que ha podido regresar a su territorio. Otras, como los mangos las han ayudado a nacer y las han cuidado hasta poder plantarlas en macetas. Aseguran que tienen un pequeño invernadero y creen que a las plantas les ha gustado el sitio.
Nosotros, sin embargo, sabemos que lo que ocurre es que miman a las plantas. Por supuesto, las plantas de los espacios comunes en el interior del Instituto, se benefician de los cuidados del personal de Conserjería, pero también de los dedicados por el personal de mantenimiento y de administración. Por ello, desde aquí queremos manifestar nuestro natural agradecimiento, en nombre de estos silenciosos y agradables seres.
Guada, 2010
Coordinadora de Luz Medioambiental
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