A partir de tres preguntas básicas,
nos planteó un futuro energético donde considerar, como una de las opciones más
interesantes, al Hidrógeno como combustible.
¿Por qué?
La evolución lógica de la
humanidad está ligada a un aumento progresivo del consumo energético.
Nos mostró imágenes de ciudades muy contaminadas en España y otros países (aunque viviendo en Avilés conocemos bastante bien el percal). Los efectos contaminantes y el agotamiento de recursos obligan a replantearse
soluciones:
o
consumir menos. Esto tan solo alivia la
situación a corto plazo y en ciertas zonas (en momentos de crisis se reduce el gasto), pues el desarrollo tecnológico sigue precisando más
energía.
o
Utilizar combustibles que liberen menos carbono,
es decir se buscaría la descarbonización de la combustión.
De más a menos
carbono tendríamos diferentes combustibles: leña,
carbón, gas natural, hidrógeno.
¿Cómo?
Conseguir que el hidrógeno
funcione como combustible supone resolver su manejo de forma segura, y sin
elevar el coste energético en su obtención.
Su uso como pila o células permite su uso de forma sencilla
y la utilización de energías como la solar disminuye considerablemente los gastos
medioambientales y energéticos.
¿Cuándo?
Se considera suficientemente
avanzada la tecnología para que se pueda utilizar actualmente. Hay líneas de autobuses y vehículos privados que se mueven con este combustible. El impedimento de su
comercialización es el coste económico todavía alto. En cuanto sea inferior al
de la gasolina, es muy probable que comience su época.
Al finalizar la conferencia el
profesor José Manuel Fernández Colinas hizo una demostración de cómo funciona
un pequeño vehículo con esa célula.
Guada, 2014
Coordinadora de Luz Medioambiental
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