Hemos observado un cierto retroceso en los hábitos 3R del alumnado, comparados con la 1ª evaluación del curso pasado, justo antes de las Semanas Europeas de Prevención de Residuos. Lo que nos hace cuestionarnos la efectividad de nuestros esfuerzos por cambiar la tendencia ¿social? general.
Por ejemplo, en la Huella ecológica:
Curso 2013-14 |
Curso 2014-15 |
O en la estimación de la cantidad de envases y papel consumidos:
No parece que el pequeño aumento en la matrícula (de 374 a 390, es decir un 4,1%) responda a esta circunstancia. Además, el 50% de los alumnos encuestados afirman consumir ahora menos cantidad de envases. Pero seguiremos cotejando datos.
La cantidad de alumnado almorzando. Este curso dicen hacerlo el 73%, habitualmente. En el anterior:
Encuesta en 2013-14 |
O el aprovechamiento que hacen de envases y papeles:
Curso 2013-14 |
Curso 2014-15 |
Incluso algunos alumnos explican que reutilizan el botellín de agua rellenándolo. Por lo que es posible que nuestra estimación debiera ser más positiva, dado que el curso pasado insistimos en la alimentación saludable. Si hay más alumnado almorzando, es lógico que se consuma más cantidad de envases. Del mayor consumo de papel, si este curso viniese más alumnado preparado con material para la actividad académica... tampoco sería un dato negativo (aunque esto lo ignoramos).
En cuanto a la ecoauditoría. El curso pasado habían participado 47 alumnos (el 13%) y en este 42 (el 11%) y a pesar de haber hecho incluso una Campaña especial de recogida de pequeños RAEE a principios de noviembre. Todavía se ve peor si lo comparamos con la participación en la ecoauditoría del curso 2012-13 en la 1ª evaluación, 81 alumnos (el 22%)
Para mayor confusión por nuestra parte, pudimos constatar con la encuesta Luces y Consumo que muchas familias tienen sobrantes de esos electrodomésticos (el 6,56% no se usan, lo que supone una media familiar de 2,8 y por cada persona de 0,8). Y a pesar de tenerlos sobrantes, ni se les ocurrió donarlos (salvo unos pocos que sí lo hicieron).
Concluyendo del año pasado a este:
- La R de reducción ha empeorado.
- La R de reutilización ha mejorado.
- La R de reciclado (separación adecuada) ha empeorado.
Bien, este era el panorama. Está claro que de tener alguna influencia positiva sobre el alumnado y su familia con la participación en esta SEPR habrá que analizarla a largo plazo.
Aunque desde nuestro más pesimista punto de vista, se ha acabado la novedad de luchar por el medio ambiente y comienza el cansancio. Cada vez está mas claro que es imprescindible un cambio en la política de la gestión de residuos. Es un sinsentido que perciba la misma no recompensa económica el ciudadano que separa que el que no lo hace.
Tras tanto tiempo esforzándonos, seguimos nadando contracorriente. La basura bien gestionada es un bien común y un recurso necesario. Se le debe asignar un valor. No se puede continuar pidiendo un trabajo gratuito al consumidor para que además otro lo anule impunemente al mezclar su basura. Y se debe especificar mejor en etiquetas y envases qué debemos hacer con el producto, una vez terminado el uso para el que lo obtuvimos.
Guada, 2014
Coordinadora de Luz Medioambiental
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