Introducción:
Los genetistas reunidos por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ya hace tres décadas vieron la necesidad de proteger a las semillas del control cada vez más creciente de las multinacionales, por otra parte los fitogenetistas (Biólogos especializados en genética vegetal) en la década de los años setenta, en plena Revolución Verde, observaron con preocupación la pérdida de biodiversidad de los cultivos de la Tierra. La ONU se puso manos a la obra y consiguió que fuesen recolectadas cientos de miles de semillas, que había que almacenar en condiciones idóneas, entre las que destacan ausencia de humedad y bajas temperaturas.
Así nació la idea de crear un banco de semillas que protegiera los cultivos, a semejanza del que había hecho hace más de un siglo el genetista ruso Vavilov en un almacén de San Petersburgo. Sin embargo aquella primera colección de semillas que se salvó de la II Guerra Mundial, no pudo salvarse de Stalin y sus purgas.
De esta forma surgieron los Bancos de semillas, sin embargo muchos de los que fueron surgiendo en distintos lugares de los diversos países, sufrieron distintos desastres (catástrofes naturales como por ejemplo terremotos o inundaciones, o catástrofes o fallos de origen humanos como por ejemplo guerras o fallos eléctricos en los sistemas de ventilación), que destruyeron o hicieron inviables (incapaces de germinar) las semillas.
Tras esto se optó por la creación de bancos genéticos públicos con control gubernamental, y así a principios de los setenta había al menos de diez; hoy, la FAO calcula que son unos 1.500 repartidos por 150 países.
¿Qué son los bancos de semillas?:
Los bancos de semillas no son otra cosa que colecciones de semillas de plantas conservadas en las mejores condiciones posibles fuera de sus lugares originales, alejadas de los ambientes en donde crecen naturalmente.
Para poder entrar a un banco de genes, las semillas son limpiadas, secadas y guardadas en recipientes adecuados y son sometidas a temperaturas bajas de alrededor de 5ºC si se pretende su conservación a medio plazo (entre 20 y 30 años), o entre-18 y -20 °C, sí se pretende su conservación a largo plazo (hasta 100 años).
¿Para qué sirven los bancos de semillas?:
Los bancos de semillas se crearon para:
-Conservar la diversidad de las especies de plantas, sobre todo de las especies de plantas de cultivos del hombre.
-Ofrecer variedad genética para poder desarrollar otras variedades, por ejemplo desarrollo de cultivos resistentes a plagas.
-Reponer las semillas necesarias sí estas se pierden en los cultivos por desastres tanto naturales como provocados.
¿Cuál es la finalidad última de los bancos de semillas?:
Los bancos de semillas son una póliza de seguros para el futuro de la agricultura, y tanto más importante sí tenemos en cuenta que la diversidad de los cultivos una vez perdida no se puede recuperar.
Así, después de haber perdido sus variedades locales por la causa que sea, los agricultores de una zona pueden dirigirse a los bancos de genes de su país o incluso de otros países para requerirlas o bien para pedir variedades nuevas para probarlas. De esta forma, al conservar la diversidad genética de los, los bancos de semillas permitirán a la agricultura hacer frente a los desafíos futuros como por ejemplo es el caso del cambio climático.
Situación actual de los bancos de semillas:
En 1996, los expertos reunidos en Leipzig asumieron que la mayoría de las semillas recolectadas en los últimos 30 ó 40 años, unos seis millones y medio de muestras, se hallaba almacenada en bancos sin garantías. La propia FAO reconoció que mucho de ese material bajo su protección estaba muerto.
Ante este panorama, y ante el riesgo que suponía que diez multinacionales controlasen el 57% del mercado de semillas, se apostó por un «plan de acción» que doce años del que surgió la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en Noruega, que hace las veces de un nuevo Arca de Noé, esta vez Vegetal, construida pare almacenar las semillas en las mejores condiciones de conservación y con las máximas medidas de seguridad. Este proyecto impulsado por el Gobierno Noruego, el Fondo Mundial para la diversidad de cultivos y el Banco Genético Nórdico, permite la creación de un deposito seguro de bancos duplicados de semillas de cultivos alimentarios, asegurando su supervivencia frente a fenómenos como el cambio climático y catástrofes, ya que todos los bancos genéticos internacionales del mundo envían duplicados de semillas a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard que garantiza la preservación de las semillas a largo plazo y contribuyendo así a la seguridad alimentaria de todo el mundo.