La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) ha
proclamado el 2012, como Año Internacional de la Energía Sostenible (para
todos).
Algo sostenible entendemos que es lo que sobrevive y funciona
a lo largo del tiempo, con lo que la energía sostenible debemos considerarla
como la que nos permite satisfacer nuestras necesidades, pero que como ya hemos repetido muchas veces, sin hipotecar
las de nuestros nietos.
Desde aquí queremos poner nuestro granito de arena para
concienciarnos sobre el uso de energía de una forma racional, eficaz y
renovable en lo posible; cada pequeño
acto que realizamos en nuestra vida diaria está basado en el consumo de
energía. Nosotros para realizar nuestras actividades diarias, necesitamos la
energía que nos proporcionan los alimentos, los cuales una vez transformados en
nutrientes serán quemados en nuestras células por el oxígeno que tomamos al
respirar, generando esa necesaria energía (para correr, jugar un partido de
baloncesto, etc.); otro tipo de actividades dependen del uso de energías muchas
de las cuales son no renovables, como por ejemplo pueden ser los combustibles fósiles: carbón, petróleo,
etc., esto ya nos hace pensar que se agotan, aparte de la contaminación que
pueden provocar aumentando el nivel de CO2 y repercutiendo en los graves problemas de calentamiento del
planeta y otro tipo de impactos ambientales.
Pero evidentemente no vamos a volver a vivir como en la edad
de piedra, y en nuestro mundo hoy por hoy, aún no podemos pensar en utilizar sólo
energías renovables es necesario investigar más e ir sustituyéndolas o alternándolas
poco a poco según las necesidades.
Mientras tanto vamos a trabajar por la reducción y el ahorro, si ahorramos un
kilovatio/hora podremos reducir unos 500 gramos en las emisiones de CO2,
de esta manera podemos contribuir a nuestra
manera con el protocolo de Kioto, a pesar de que se lo salten a la torera
algunos países; así que acordémonos de apagar la luz cuando no sea necesaria,
aunque nos parezca poca cosa, es un ahorro a la larga en la energía consumida.
María Antonia