Biografía
«Paca» y «Tola» son todo un símbolo de Asturias y el emblema de la recuperación del oso en la cordillera Cantábrica.
En junio de 1989 una llamada anónima alertó a un cazador de Tineo de la existencia de dos pequeñas hembras de oso que se habían quedado solas. A su madre la había matado un cazador furtivo. El cazador de Tineo recogió a los cachorros en el monasterio de Obona, depositadas allí por el comunicante anónimo.
La Guardia Civil entregó a las osas al Gobierno asturiano, que a su vez las cedió al Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS). Las crías fueron trasladadas a Llanes, a las instalaciones de la entidad. Allí recibieron sus nombres: «Paca», por la mujer del responsable del FAPAS que inicialmente las recogió, y «Tola», por el cazador que las rescató.
De Llanes, las osas pasaron a Vic, en Cataluña, y de allí fueron de nuevo trasladadas al Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo, en Cuenca. Su último destino fue, finalmente, Asturias. «Paca» y «Tola» regresaron en 1996, año en el que tomaron posesión del cercado de Santo Adriano de Proaza, en Asturias
Cada año son cientos los turistas que se acercan a Santo Adriano para contemplarlas. Cuando el cercado de Proaza se rompió por un desprendimiento en el año 2004 y las dos osas, ya adultas, tuvieron que ser trasladadas durante cinco meses al parque de la naturaleza de Cabárceno.
Proyecto de reproducción
En Europa existen tres líneas evolutivas de oso pardo: la Nórdica, la del Este y la Cantábrica. Paca y Tola son los únicos osos pardos cantábricos genéticamente puros en cautividad que existen actualmente en España.
Es por eso que se ha desarrollado un plan de reproducción que partiendo de ellas cree un núcleo de osos pardos que se mantendrán en su mismo régimen de semilibertad.
En 2008 llegó a Santo Adriano desde Cabárceno, Furaco, un macho de oso pardo de 302 kilos y de unos 13 años. "Furacu" en asturiano significa "agujero”, el nombre se lo puso un veterinario asturiano que le curó una herida siendo cachorro y que comentó "¡Vaya furacu que tenía!"
En los tres primeros años ninguna de las osas aceptó el cortejo del macho.
A partir de 2011 se observaron montas entre Tola y Furaco, lo que hizo que se tuvieran esperanzas de que tuviera crías, lo cual se descartó tras la hibernación.
Las osas del cercado de Santo Adriano tienen ahora 23 años y el problema es que en sus primeros 19 años de vida no han tenido contacto con otros ejemplares de su misma especie. Tampoco han podido disfrutar del proceso de amantamiento y de aprendizaje natural que les hubiese enseñado su madre, por lo que será necesario ayudarlas en la cría de sus futuros oseznos.
El 24 de enero de 2013 el personal de la Fundación Oso de Asturias que atiende el cercado osero de Santo Adriano, descubrió en el encame de paja donde había dormido Tola la noche anterior, el cadáver de un osezno recién nacido. El osezno tiene un peso de 330 gramos y aparentemente ha fallecido por aplastamiento causado por la madre.
Nadie sospechaba que la osa estuviese preñada, tras el fracaso reproductor de las campañas anteriores del programa de cría desarrollado cuando se trajo a Furaco desde Cabárceno.
Quizá Tola no fue consciente de que había parido y el osezno murió asfixiado o aplastado.
Ciclo vital de los osos pardos