Desde el pasado Enero, la colección de Historia Natural del departamento de Biología y Geología del IES la Luz cuenta con un ejemplar precioso de pez luna, una especie singular que podemos encontrar en aguas del Cantábrico. Este ejemplar apareció muerto en una playa y fue recogido por una profesora del instituto “Carreño Miranda”, que lo donó a Ricardo R. Fernández, profesor del IES La Luz, y que gracias a la colaboración del centro, del departamento y del grupo de Medio Ambiente, ha podido prepararlo para su conservación, trabajando para ello mano a mano con los alumnos de biología de 2º de bachillerato. Cualquiera que desee conocer a este pez tan especial, puede pasarse por el laboratorio de Biología y Geología.
El pez luna pertenece al orden de los Tetraodontiformes, el mismo que incluye a los peces globo y los peces erizo. Con ellos comparte muchos rasgos como los cuatro dientes fusionados que forman su pico característico y que dan nombre al orden (tetra, “cuatro”; ὀδούς, ὀδόντος, “diente”; forma, “forma”). El género de este pez es “Mola”, donde la especie “Mola mola” es la más significativa. El nombre científico en latín significa “muela”, “piedra de molino”, y así se le nombró a causa de su color gris, cuerpo redondeado y textura áspera. En casi todos los idiomas se le denomina comúnmente “pez luna” (“poisson lune” en francés, “Mondfisch” en alemán, “рыба-луна” en ruso, etc) haciendo alusión a su forma redondeada, aunque en ingés se le conoce como “sunfish” (“pez sol”) en referencia a su costumbre de tomar el sol en la superfcie del agua, hecho que aprovechan algunas aves para limpiarle parásitos, dejando el pez que se posen sobre él.
El pez luna es el pez óseo más pesado del mundo, con una media de 1.000 kg. de peso y 1,8 m. de longitud, aunque podemos encontrar ejemplares que superan las 2 tn. y los 3 m. Habita en aguas tropicales y templadas de todo el planeta. Aunque se pasa gran parte del tiempo en superficie, el pez luna está considerado como una especie pelágica que puede nadar a profundidades de hasta 600 m.
Tiene su cuerpo aplastado lateralmente y, al extender sus aletas dorsal y ventral, es tan largo como alto. Posee en general una forma larga y ovalada visto de frente y por ello parece una gran cabeza de pescado sin cola. De hecho, no posee cola ni pedúnculo caudal, puesto que la aleta caudal está sustituida por una estructura redondeada que toma el nombre de “clavus”, que le da su característica forma, y que es una especie de pseudocola en forma de abanico. La columna vertebral del pez luna contiene menos vértebras y es más corta en proporción al cuerpo que en cualquier otro pez. Su cerebro es muy pequeño, incluso más pequeño que uno de sus dos riñones, que se sitúan justo detrás del cerebro. El hocico se proyecta más allá de su pequeña boca y los dientes de las mandíbulas se unen para formar un único y afilado pico parecido al de un loro.
Debido a la carencia de una auténtica cola para propulsarse hacia adelante y al pequeño tamaño de sus aletas pectorales, el pez luna utiliza sus delgadas y largas aletas dorsal y ventral para moverse, empujándose hacia adelante mediante el movimiento de esas aletas de un lado a otro. Suele nadar cerca de la superficie y, cuando su aleta dorsal sobresale, suele confundirse con un tiburón.
A pesar de su calificación como osteictio (superclase “Osteichthyes”), en realidad sus tejidos son principalmente cartalaginosos, más ligeros que el hueso, lo que les permite alcanzar esas dimensiones impensables para otros peces óseos. De hecho, el pez más grande exsitente en la actualidad, el tiburón ballena (“Rhincodon typus”), también es un pez que carece por completo de huesos.
Su alimentación se basa en distintos tipos de zooplancton gelatinoso como las medusas, dieta pobre en nutrientes, de la que necesita grandes cantidades para mantener su gran tamaño y desarrollarse.
Las hembras de la especie pueden producir hasta 300 millones de huevos, más que ningún otro vertebrado conocido.
Los ejemplares adultos son vulnerables a pocos depredadores naturales, aunque es presa de tiburones, leones marinos y orcas. En algunos países, como Japón y Corea, su carne está considerada como una exquisitez; en la Unión Europea, la venta de su carne está prohibida, debido a su consideración de pez venenoso.
A pesar de su enorme tamaño, el pez luna es muy tranquilo y no representa ningún tipo de peligro o amenaza para los buceadores. Incluso en algunos lugares clásicos para bucear en Asturias, los peces luna se han familiarizado con los buceadores, y los que allí bucean pueden disfrutar de la visita de los lunas en la misma época año tras año.